sábado, 8 de septiembre de 2007

Maruja Vieira. Entrevista en LA PATRIA.

Las vivencias de Maruja Vieira
Gloria Luz Ángel –
Papel Salmón LA PATRIA, Manizales
, Sábado, 8 de Septiembre de 2007
http://www.lapatria.com/Noticias/ver_noticia.aspx?CODNOT=20514&CODSEC=17
Foto : http://www.lapatria.com/ArchivosMedios/20514/ThumbnailG/2007-09-02_4_165621.jpg
La poesía de Maruja Vieira ha sido calificada de intimista, fresca, despojada de utilería formalista. FOTOS /Raúl Arboleda-Colprensa / Papel Salmón (Se publica más adelante)


Agracecemos al pariente Bernardo González White begow ( begow@une.net.co ) el envío del texto.

El primer poema se lo dedicó a su abuela, Rita Uribe de White, cuando falleció. Sombra del amor contiene los poemas dedicados a su esposo José María Vivas Balcázar desde su muerte. Su asombro poético es Neruda, pero su amor es Antonio Machado. Su poesía está influenciada por el periodismo, es concreta como éste. Recorrido.

María Vieira White, como firmó su primer poema la periodista y poeta manizaleña Maruja Vieira, ha estado rodeada por la poesía desde su niñez. Empezando por su mamá, Mercedes White, quien también era poeta, y por su esposo, José María Vivas Balcázar, y su hija, Ana Mercedes Vivas.

Sin embargo, al preguntarle qué pensaba de haberle dedicado su vida a la poesía dijo: “todo lo contrario, le dediqué mi vida al trabajo y la poesía siempre se ha quedado por fuera.”

Maruja Vieira tiene un poema titulado Amiga inoportuna, que escribió cuando trabajaba en el Sena, donde estuvo 12 años, que dice más o menos así: Quédate afuera poesía/no interrumpas ahora mi trabajo con tu voz de cristal/déjame así de espaldas a la luz/el viaje de las nubes podría recordarme otro cielo/pero aquí estás amiga inoportuna/quién te ha dejado entrar...

Ella trabajó los 20 años reglamentarios en el sector oficial y algunos más. Ahora, en su casa se dedica a organizar todos sus escritos, los poemas que tiene inéditos y aquellos que escribió en los momentos que le quedaban libres en su trabajo y quedaron sin terminar precisamente por las interrupciones. Y esto no lo hace a mano, ni en una máquina de escribir, no, se sienta todos los días en su computador a recopilar su obra, a comunicarse con sus amigos y a leer, porque es una lectora incansable tanto de libros como del Internet. Para ella la red le proporcionó otro estilo de vida.

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Estuvimos en su apartamento y en medio del calor de su hogar, de los papeles, de los libros y de su computador, Maruja Vieira recordó muchas cosas de su vida.

La vida como escritora

¿Qué o quién inspiró su primer poema?

El primer poema que escribí es un poema para un ser maravilloso que era mi abuela, Rita Uribe de White, la mujer más inteligente del mundo y lo hice cuando ella murió. Curiosamente estaba perdido y de pronto en unos papeles de mi mamá, Mercedes White, donde también habían poemas suyos, me lo encontré y lo tengo en mi computador. Eso fue en 1938.

En mi casa las puertas estaban abiertas a la poesía, empezando por mi mamá quien en me leía más poemas que cantarme cuando estaba chiquita. Me acuerdo que me leía una novela en verso que se llamaba La flor de un día, además de recitarme la cantidad de poemas que conocía de memoria. También estaba el gusto de mi hermano Gilberto (quien fuera secretario del Partido Comunista de Colombia) por la poesía y el infatigable lector que era mi papá. Nunca tuve el problema de otros poetas como mi amiga Meira del Mar que en su casa su padre no veía bien que ella escribiera versos. En mi casa sí era bien visto y a mi papá le gustó cuando me publicaron por primera vez en El Tiempo, en 1943.

¿Ha usado algún vez seudónimo?

No, pero cuando Neruda estuvo en Colombia, le mostré el poema que me habían publicado en El Tiempo, gracias a Calibán, y que estaba firmado por María Vieira White. Entonces dijo: -¿María Vieira White? ¿Cómo le dicen aquí a las Marías?- Y le contesté: Maruja. -Ah, en Chile les decimos Maruca, qué tal Maruja Vieira?- Y desde ese día me quedé así, porque nunca quise tener un seudónimo, como me lo había propuesto Calibán, quien decía que -un apellido tan comunista en El Tiempo...- A Neruda le encantaba darle nombre a las cosas.

Cuando llegué a Bogotá, alguien, cuyo nombre he preferido olvidar, me dijo: tan buena tu obra, pero tu apellido (por la connotación de comunista) no llega a ser miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua.- Pero llegó, gracias a Elisa Mojica quien presentó mi hoja de vida y a mi buena suerte con los amigos de mi esposo, quienes andaban por la Academia.

¿Ha tenido algún problema como poeta, por ser mujer?

Nunca. Pero si me hubiera gustado ir a la Casa Silva cuando presentaron el estudio sobre las antologías para preguntar el porqué de la ausencia de las mujeres en ellas. Me sigo preguntando por qué a quienes las hacen no les gusta nuestros poemas y entonces pienso que debemos volvernos antólogas. Luz Mery Giraldo es la única persona que, con gran capacidad y sensatez, ha hecho antologías de obras de mujeres. Si nos molesta que no nos lleven a las antologías, por qué no estamos haciéndolas. Las mujeres están muy mal representadas en cantidad, porque por calidad, esta es excelente entre nuestras escritoras. Para mí esto ha sido un misterio.

¿Ha querido escribir como algún otro escritor?

Hubiera querido escribir como Alfonsina Storni quien es uno de mis ídolos, es la que más me gusta de esas mujeres famosas desconocidas. De ella admiro su precisión de pensamiento, la claridad de su lenguaje y su valor de mujer sola ante el mundo.

En cuanto a la soledad, ¿se ha sentido alguna vez sola?

Cuando murió mi esposo y todavía no había nacido mi hija, ese fue un momento que pude llamar el momento de la soledad. Después cuando ella llegó no ha vuelto a haber soledad. Uno de mis libros, Sombra del amor , son los poemas que le he escrito a José María Vivas Balcázar durante todos los años de su muerte, desde 1960.

Asombros, amores, admiración

¿Cuál ha sido su asombro poético?

Neruda. Neruda es múltiple. Neruda es todo lo que se quiera. Pero mi amor poético es Antonio Machado. Leer Ligero de equipaje. La vida de Antonio Machado , escrito por Ian Gibson, y haber estado en la piecita de él en Segovia me emocionó mucho.

Tengo, además, una cantidad de amores poéticos: León de Greiff; los de Piedra y cielo, sobre todo Jorge Rojas, Eduardo Carranza y Carlos Martín quien vive todavía y está en España. Ellos y la publicación de los siete cuadernos de Piedra y cielo fueron muy importantes en el momento de mi vida en que estaba orientándome en la poesía. Otro momento fundamental de esa época para mí fue cuando llegó a mis manos el libro Alba de olvido de Meira del Mar, en 1941.

Nosotros somos un pequeño núcleo de hermanas poetas: Matilde Espinosa, la mayor; Meira del Mar y yo que nacimos en el mismo año, 1922, y Dora Castellanos, que es un poco menor. Somos absolutamente unidas en todo, nos une una solidaridad que traspasa fronteras, siempre nos volvemos a ver y a ser las mismas desde los años 40 para acá.

Tengo mucho que agradecerle a Dora Castellanos por su cariño, por su lealtad, por estar siempre ahí; a Matilde por todo lo que me orientó cuando estaba joven, y a Meira que es como mi hermana. Eso no se ve entre los hombres.

¿Hay otras poetas que admira?

Hay muchas poetas nuevas que hemos logrado cultivar a través de los encuentros poéticos de Roldanillo como Bella Clara Ventura, Guiomar Cuesta, María Clara González. Admiro a Piedad Bonett como poeta, dramaturga, novelista. Vivo muy feliz con mis congéneres.

El amor dio paso a las vivencias

¿Su poesía está más inclinada al amor o a la vida cotidiana?

El amor, indudablemente es el motor que suele inspirar la poesía, pero una vez muerto mi esposo, me he dedicado a otro tipo de poesía más sobre los demás que sobre mí misma. Por eso el libro Los nombres de la ausencia , publicado con el apoyo de la Fundación Mujeres de Éxito quien le otorgó el Premio Nacional Mujeres de Éxito, en la categoría cultural y artística en 2004, habla de otras personas. Son poemas un poco biográficos, porque de mí han dicho con certeza que mi poesía es bastante periodística; como soy periodista, lo he sido toda la vida y lo sigo siendo, mi poesía es muy concreta. Tengo algunas cosas muy nuevas sobre temas como lo que pasó en la Plaza de Bolívar de Bogotá cuando los desplazados fueron y sembraron en la Plaza, eso me impresionó muchísimo. Acabo de escribirle un feliz cumpleaños a Frida Kalho.

¿Qué temática tienen sus poemas inéditos?

Después de escribir todos esos poemas de amor para José María, tengo otros inéditos y los estoy organizando para otros libros o partes de un libro. Uno de estos se llama Rompecabezas , que son poemas muy breves, y acabo de enviar algunos de ellos al I Concurso Internacional “Garzón Céspedes” de la Poesía Hiperbreve, en España. He tratado de saber qué es un haiku, pero casi nunca logro contar sílabas.

Hay otra parte de esa obra que se llama Equinoccio de otoño, porque cuando los años van pasando las cosas se ven de otra manera, son un poquito tristes. Hay uno que me gusta mucho que se llama “Poema con chachafruto”, donde está Manizales al fondo: / la ciudad increíble se aferra a la montaña / , pensando en mi infancia, porque a mi mamá le gustaba comprar chachafrutos y cocinarlos y quedaban ricos. De pronto estuve donde mi fisoterapista y la niña llevaba unos chachafrutos, me dio una emoción que todavía la tengo, porque entonces recordé la casa de Versalles, recordé a mi madre y al chachafruto.

Escribo más de vivencias que de cualquier otro tema, del soldado que está herido: / ay qué mano tan fría, pero allí no había mano /. Mi poesía no ha sido muy alegre, sólo cuando le hablo a mi hija. Mi poesía es nostálgica, siempre pensando en algo que se fue.

¿El periodismo ha influido en la poesía?

Sí ha influido y sobre todo en lo concreto, en el qué, el cómo, el cuándo y el por qué.

¿Entonces, el adjetivo no está presente en su poesía?

Sólo cuando es indispensable, porque ya lo dijo Vicente Huidobro: el adjetivo cuando no da vida, mata. En mi forma de escribir está en primer lugar la disciplina periodística y luego el recuerdo de Huidobro.

Además. nunca estoy contenta con lo que escribo. Corrijo todo, tanto que todavía estoy corrigiendo el libro Campanarios de lluvia , que fue mi primer libro en 1945. Todavía tiene cosas susceptibles de corregir.

Su hija Ana Mercedes también es poeta, ¿cómo es la relación de madre e hija en la poesía?

No intervengo para nada en su poesía. Ella tiene su propia voz, fundida con la del padre y de la madre, que es muy moderna. Ana Mercedes no me pide consejos, es muy independiente, me muestra el trabajo ya terminado. Tampoco le gusta cambiar lo que ha escrito ni que nos pongan a leer juntas. Ella es ella.

En lo personal

¿Su poesía ha tenido épocas?

Maruja Vieira ha tenido épocas, entonces la poesía las refleja. Cuando se es más joven, cuando la vida no te ha llevado a sitios distantes, es distinto. Hay una poesía que depende exactamente de tus circunstancias, la poesía es la circunstancia que estás viviendo. Así como las primeras novelas de un escritor son autobiográficas, la poesía es muy autobiográfica, de lo que trae el día, de lo que trae la vida.

¿Ha cambiado su poesía con el tiempo?

Puede que haya cambiado en los contenidos, pero no en la forma. Escribí mucha poesía retórica, poesía que fue oportunamente lanzada no a las llamas sino al agua por el primo de mi mamá Enrique Uribe White cuando iba a publicar mi primer libro, me botó en la represa del Muña todos los originales que le llevé. Los papeles nadaban en el agua y le dije: -Enrique, son los únicos originales que tengo-, y me contestó: -¡mejor!. Por eso hoy parece increíble que esos poemas, los de mi primer libro, son de los que más se leen en Internet. Mi poesía no ha cambiado mayor cosa, no he hecho cambios trascendentales.

¿Cómo es la vida de Maruja Vieira?

Cuando escribí el poema Arenas movedizas ( Estoy en las arenas / movedizas del tiempo. / Me hundo a cada paso / inevitablemente... ), quizá era un poco triste, pero ahora no. Cada día simplemente me levanto, arreglo un poco la casa, mis papeles y me dedico al Internet y a leer. De vez en cuando salimos. Soy feliz en mi casa, como me tocó trabajar toda la vida, desde los 16 años, es rico estar aquí, en mi casa. Al principio extrañé el trabajo, pero ahora no. Aquí tengo todo.

Encuentro con la tecnología

Una de las primera preguntas que quisimos hacerle a Maruja Vieira fue cómo ingreso al mundo de la tecnología. “El Internet es para mí un remedio que mi hija encontró para una depresión que tenía causada por la desaparición de una revista donde yo escribía que era “A bordo”, de Aces. Cuando desapareció me sentí morir. Y cuando digo desapareció no es porque lo haya hecho físicamente sino porque desapareció la filosofía de la revista y la convirtieron en una revista comercial. Como ya me había tocado retirarme forzosamente de Colcultura por la edad, no sabía qué hacer con mi vida, entonces Ana Mercedes me trajo un computador. Esto ha sido otra vida, es como volver a nacer.

Lo uso para comunicarme con mis amigos, con Ricardo Bada que vive en Colonia; con Fernando Garavito, en Estados Unidos; con mis amigos españoles o residentes en España, como Francisco Garzón, como Carmen Afeito Maeso, una amiga que no conozco; con mi amigo Neftalí Sandoval que en este momento está en Belgrado, y con algo que inventé que se llama La tertulia White, un espacio en la red a través del cual nos comunicamos todas las personas que tenemos el apellido White.”


Maruja Vieira

Manizales, Colombia, 1922. Poeta, catedrática, crítica literaria y periodista. algunos de sus libros publicados: Campanario de lluvia , 1947; Los poemas de Enero , 1951; Poesía , 1951; Sombra del amor ; Palabras de la Ausencia , 1953; Ciudad remanso , 1955; Clave mínima , 1965; Mis propias palabras , 1986; Tiempo de vivir , 1992; Los nombres de la ausencia , 2006. Es miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua. Una selección de su poesía fue publicada en Medellín por el poeta Jorge Montoya Toro en 1951.


Poemas inéditos

Del libro Equinoccio de otoño

POEMA CON CHACHAFRUTO

Un sabor de la infancia...

Un jardín y el color

de un geranio.

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Un rostro de mujer

(era bella mi madre)

Más allá de la niebla

la ciudad increíble

se aferra a la montaña.

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Todo está aquí,

en este chachafruto

verde y brillante.

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Todo estaba guardado,

intacto...

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Entonces, ¿a qué vienen

estas traviesas lágrimas?

ARENAS MOVEDIZAS

Estoy en las arenas

movedizas del tiempo.

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Me hundo a cada paso

inevitablemente.

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El camino se borra

frente a mis ojos,

tiemblo de miedo.

No es la muerte,

son los días, las horas,

la vida, lo que temo.

DESPEDIDA

He comenzado

a despedirme.

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Es una larga, lenta

y luminosa

despedida,

como la del sol

sobre el mar.

ELEGÍA GATUNA

En memoria de Mirri

Era una amiga indispensable,

quince años estuvo en mi vida.

Me dio todo su amor de gatita,

su belleza de reina felina.

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Ahora tiene ventanas de nubes

y en la noche, balcones de estrellas.

Ahora juega con rayos de sol

y descansa en la luna creciente.

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Su ternura invisible acompaña

mi trabajo, mis libros, mi sueño.

Cuando llegue el final de las horas
estará en el umbral, como siempre